Es innegable el incremento de la violencia de género que enfrentamos desde hace varios años en el país. A causa del COVID-19, este fenómeno se ha agravado durante el confinamiento por la pandemia.
En este escenario y de cara a las elecciones del año entrante, mismo que estará caracterizado por una mayor participación política de las mujeres, activistas y colectivas feministas han dado una lucha persistente por la defensa y respeto de nuestros derechos humanos y políticos. Es por ello que han impulsado una iniciativa llamada “3 de 3 contra la violencia de género, aprobada por unanimidad el pasado 28 de octubre por el consejo general del INE.
La propuesta establece los lineamientos para que en el proceso electoral 2020- 2021 quienes deseen aspirar a un cargo de elección popular deban firmar un escrito bajo protesta de decir verdad donde manifiesten que no han sido sentenciados o condenados por ser deudoras de pensión alimenticia, tampoco por ser acosadores sexuales y agresores en cualquier modalidad y tipos de violencia por razones de género.
Estos lineamientos deben ser cumplidos por los partidos políticos a nivel federal para el proceso electoral del 2021 con el objetivo de garantizar que las personas que lleguen al poder no sean violentadoras. La iniciativa busca que no sean las mismas personas que acosan, agreden, violentan e incumplen con sus responsabilidades alimenticias en lo privado, quienes legislen y tomen decisiones sobre asuntos públicos con perspectiva de género y de derechos humanos a favor de mujeres ,niñas, niños y adolescentes. ¿Una persona que no respeta ni promueve los derechos humanos en la vida privada, podrá defenderlos y actuar correctamente en lo público desde su posición?
Las cifras por violencia de género en el país son aterradoras. En México de enero a septiembre del año 2020 se han abierto 166,810 carpetas de investigación por delitos de violencia familiar (4,879 más que en el mismo periodo de 2019). Por delitos de violación sexual, 12,241 carpetas de investigación, lo que significa que 44 mujeres son violadas diariamente. Y no podemos callar que 11 mujeres a diario son víctimas de feminicidio según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) realizada en 2016, reveló que 43.9% de las mujeres en nuestro país sufren violencia de pareja, además de que tres de cada cuatro hijos de padre y madre separados no reciben una pensión alimenticia.
Estas cifras corresponden solo a aquellas personas que han decidido denunciar, lo cual indica que el número real de agresiones y violencia contra las mujeres es mayor, pues el 88.4% de las mujeres que según la (ENDIREH) han sido víctimas de agresión por género no presenta denuncia, indicando que las cifras anteriores corresponden solamente al 11.6% de las mujeres que han denunciado.
Si bien la 3 de 3 es un gran avance para la erradicación de la violencia de género, aún falta mucho por lograr. Empezar por garantizar la congruencia de quienes ejercen el poder y están al frente de las instituciones, es un acto de justicia para todas aquellas que han sido víctimas de violencia en todos su tipos y modalidades. Es un acto para acabar con la impunidad, la revictimización y combatir la violencia de género.
Jalisco y el país requieren de personas al servicio público y de una ciudadanía comprometidos con la defensa de la igualdad de género en el ámbito público y privado. Se debe exigir al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) que estos mismos lineamientos de la 3 de 3 contra la violencia de género sean aprobados en Jalisco. Por ello es importante que los partidos políticos locales se sumen y adopten estos lineamientos para la selección de sus candidaturas.
Las mujeres y niñas jaliscienses merecemos vivir en un estado donde podamos sentirnos seguras y tener un disfrute amplio de nuestros derechos. El Estado está obligado a actuar con la debida diligencia a fin de prevenir, investigar, sancionar y reparar las afectaciones y garantizar así la igualdad, la no discriminación y la no violencia. Y para esto, no ser agresor será la única opción.